domingo, 17 de octubre de 2010

Sol, estrella molar ilumina mis noches.
Resina de vientos huracanados.

Soles invalidan,
lunas mendigas de tu aroma.
Necedad, inconsciencia de luz amarga e insulsa paz.
Vientos fieles, creyentes absurdos, hirientes de amor.
Mismidad, proyectada en tu cúmulo de luz, idiosincrasia pura terquedad.
Pretensión de olvidos, insultos destinos, puras, mal olientes búsquedas de amor.
Vaga Presencia, hortalizas en otoño de blancos cascabeles, jinetes sin destino
Maldigo tu aroma, incrustado en el punto fijo de eterna sabiduría.
Maldigo insipiente sentimiento de vagos recuerdos, estímulos insidiosos retorcidos mal oliente.
Noche fría, eterna necesidad, llanto reprimido, furia insipiente,
Perdida en las pupilas de tus incandescentes ojos negros.
Llama altanera, amor derrapado, futuro infiel.
Miedo, tormentos de alegrías, racionalidad.

Cúmulo de torpes pensamientos irradian mismidad.
Interrogantes, voces en espera, inconsciente fugaz de eternas llamas y aromas encarnados en cada centímetro de esta piel fluorescente.
Lluvia. Soledad. Agonía.
Pupilas incandescentes, residuos de amargos penares,
Tu ser, Fuego, magia que encandila la mediocridad, de vanos pensamientos.