sábado, 10 de julio de 2010

Vivía en soledad, iba a donde la vida me llevaba, te soñaba, te buscaba en las miradas, Intentaba conocerme, intentaba ser como debía ser.

No esperaba conocerte, vivía en un mundo, mitad niña, mitad grande, donde la vida exigía tomar decisiones, era niña jugando a ser grande. Soñando enamorarme, creía que el amor lo conocía, que era como en los cuentos, en las novelas, y que había sufrido por amor.

Tu apareciste, en una mañana de verano, tu nombre ya lo conocía, eras alguien sin rostro, que nunca imaginaba conocer, tenías historia cumplida, tenías tu vida llena de melodías.

No te conocía, no me conocías, y ese día te vi por primera vez te vi de la mano de una extraña fuimos extraños viéndonos. Te perdí, me hablaste y no te vi.

Seguimos inmersos en lo que estaba por venir, nos volvimos a encontrar, venias a mi lado y no comprendí que el amor estaba justo ahí. No dejastes de mirarme y celosa de ti me fui en mi historia que debía ponerle fin, estabas ahí viendo como me hundía en la melancolía, y aparecistes en la tarde, volvistes por mi, no dejastes de mirarme en ferias que recorrí, te quedastes ahí, intacto, oscilante, esperando, no comprendí quien eras, quien ibas a ser.

Solo sentí el temblor en mi, como un nudo en el centro de la emociones, Y no pude salir. Tu miraba me atrapada y me dejabas ahí- como inmersa en un mundo de ensueños, que mirabas que podías descubrir en mi.

Oculta no me diferenciaba, no quería vivir.

Los días transcurrieron, y volvías a mi, tu vida se alejaba de los recuerdos, vivías sonriendo para mi, casi no hablábamos y siempre llegabas justo cuando mas lo necesitaba, hablamos de cosas vanas como si la vida todavía no nos dejaba descubrir, jugabas a ser grande, jugabas a ser fuerte, no llorabas, no te enojabas, era una risa andante y tu mente no conocía tu alma, siempre arraiga, sepultada, creías amar, un amor incondicional que no dejabas ir, te habían fallado igual que a mi. Y nos acompañábamos en silencio, las risas de los amigos nos escondían  las miradas, no nos dábamos cuenta de lo que pasaba.

Una noche vinistes, una noche de grandes estrellas llegaste y no te quisiste ir, viste que debías luchar por mi. Estabas en un momento donde no supiste que hacer preferistes el silencio, pero tu ojos te engañaron y le dijeron a mi alma lo que no podías decir, es noche comprendí y decidí por los dos, intenté no equivocarme, intenté no buscarte pero inevitablemente volvistes por mi.

Y no pudistes irte nunca más. Luchamos contra mil voces, voces celosas, voces insolentes, historias viejas, situaciones confusas, nunca te alejastes de mi. Mi vida eras VOS y ya nunca me fui.

Veías en mi lo que siempre oculté, y nunca más deje ver.

Insistí, sufrí, intenté, con todo mi ser, hasta que al fin pudistes ver, tuve que irme, tuve que dejarte ir, para que entiendas lo que eras para mi. Volví y estaba ahí con las palabras que el tiempo me había forzado desistir de oír, llegaron tarde pero llegaron al fin y el amor que nos teníamos pudo cubrir las heridas que no pudimos evitar.

Eramos almas viejas, almas que se habían encontrado, no supimos ver lo que teníamos, no lo supimos cubrir de aquellas voces que insistían en hacerse oír, éramos niños jugando al amor, y nos sorpendió, nos envadió, dejándonos sin poder que hacer. Siempre estuve ahí, siempre estuve para vos y en un momento sentí que no estabas para mi. Todo se volvió confuso tenias que decidir, no lo podía hacer por vos.
Un voto de amor, un acto de valentía pero te hundistes en la melancolía y me dejastes con la voces, que me llevaron a vivir, anestesiada en el dolor, siempre te necesite a vos, y no podías estar para mi. Nos perdimos no supimos ver, no me escuchabas no te escuchaba, llorabas sin consuelo y mi duelo se hacia inmenso.

La vida nos distanció, la vida nos hizo esperar oscilantes, te veía como te ibas, como no recordabas todo lo que decía, si lo sabias, pero no podías elegir, sin más eligieron por vos. Te di mi corazón y nunca puede retenerlo no quisistes estar sin el. Hoy vives tu historia, como debía ser.

Hoy eres aquel que recuerda como solía ser, hoy soy la que recuerda una historia vieja, de una década sin amor. Hoy siento que me pierdo en las vueltas y me pregunto por que todo debía de ser así.

Hoy extraño tu voz, diciendo "Amor, la vida nos regala esta alegría...



Tu vida es la Mía".